El ser humano es un sistema integrado que necesita mantener un equilibrio a nivel emocional, físico y psíquico. En este caso la mente juega un papel muy importante porque tiene una gran influencia sobre el cuerpo, el cual tiene más posibilidades de contraer enfermedades cuando nos sentimos vulnerables y padecemos estrés, depresión o ansiedad.

 

El reino vegetal ha sido la base tanto de la medicina alternativa como de la ortodoxa debido a sus poderes preventivos y curativos. Las antiguas civilizaciones y culturas utilizaban diferentes tipos de plantas y hierbas – según la geografía y el clima- para sus prácticas medicinales. Esto explica que la aromaterapia sea una disciplina terapéutica alternativa muy utilizada para alcanzar ese balance que mencionábamos anteriormente, al tener efectos holísticos y a su vez poder solucionar problemas específicos.

 

La aromaterapia consiste en el uso de aceites esenciales destilados de plantas aromáticas, que se ven potenciados al combinarse. Provienen de las hojas, raíces, troncos, tallos o frutas de las plantas y, por lo general, se obtienen por destilación al vapor (se pone a hervir en agua la planta) o por maceración (se sumergen las flores en aceite caliente).

 

Si los aceites se utilizan de forma correcta es posible llegar al equilibrio deseado y sentir armonía. Se pueden realizar mezclas personalizadas, dependiendo del síntoma y de los objetivos. Estos se utilizan externamente y actúan de dos formas, según cómo se los implemente. Una opción es realizar masajes linfáticos o baños de inmersión para que la piel los absorba y lleguen más rápido al torrente sanguíneo y circulen por todo el cuerpo. Y la otra opción es hacer inhalaciones de vapor u olfatear un pañuelo impregnando con un par de gotas. En este caso, los aromatizadores, humidificadores o vaporizadores ambientales también son muy efectivos.

 

El olfato tiene un canal directo con el cerebro. Los aceites, a través de sus aromas, afectan nuestro sistema y estado de ánimo desde el momento en que evocan al recuerdo y nos provocan estímulos emocionales. También tratan problemas físicos. Con los masajes se pueden aliviar tensiones musculares, alergias e irritaciones de la piel y regenerar células. Tienen poderes relajantes, astringentes, cicatrizantes, analgésicos, antiespasmódicos, descongestivos, expectorantes y antidepresivos, entre otros.

 

La aromaterapia también propone llevar un estilo de vida sano. Además de hacer ejercicio por lo menos 30 minutos al día y llevar una dieta balanceada, se puede complementar con otras disciplinas alternativas, como la musicoterapia.

 

Para conseguir los aceites indicados y específicos para cada dolencia es recomendable asistir a una homeopatía, donde un especialista sea el que indique cuáles son las combinaciones ideales, puesto que no todas son efectivas, y que explique cómo usarlos y diluirlos, porque al ser muy puros y concentrados pueden generar irritación según el tipo de piel. Asimismo, sería ideal visitar a un terapeuta que evalúe las causas y factores que originaron el problema para que recete un tratamiento personalizado.