“Viví en Montevideo cuando era joven, después me mudé a la costa y ahora que soy viuda vivo en Parque Rodó. Me gusta mucho este barrio porque uno se adueña de la rambla y porque te permite estar en el centro de todo. He dejado de conducir y de ser cliente del transporte público. ¡Voy caminando para todos lados!

 

A esta altura de mi vida, con 73 años, me doy cuenta de que he atravesado varias etapas significativas y que ahora estoy pasando por otras que también son muy importantes. Un momento clave fue el principio de mi juventud donde mi generación pasó por procesos políticos grandes, como fue la dictadura. Tuve un período en el que me reinventé, porque de alguna manera la dictadura me llevó a hacerlo. 

 

Ahora no estoy trabajando y ya tengo una familia consolidada, con hijos y nietos. También tengo un proyecto propio con fines lúdicos y de satisfacción personal que consiste en la búsqueda de tranquilidad espiritual y armonía. Para ello realizo diversas actividades. Voy a Uni3, la universidad abierta de educación no formal de adultos y trabajo en la biblioteca de ese lugar. He vuelto a escribir poesía, cosa que hacía cuando era joven y voy a talleres de pintura. La filosofía es una materia pendiente que tenía y ahora estoy haciendo cursos. Hay personas que me dicen que tengo que publicar mis poesías, pero tengo mis dudas porque he visto tantas que terminan debajo de la cama de alguien porque nadie las compra… Es algo que hago por placer y por ahora lo difundo entre personas cercanas que les puede interesar lo que yo escribo.

 

Además, acompaño mucho a mis tres nietos. Los miro con atención y si encuentro algo que me preocupa se lo comunico a los padres. Hay que ser muy respetuoso, porque los aprendizajes de esta señora que nació en el 42 no tienen nada que ver con los aprendizajes de esos niños que nacieron al final del siglo XX. Entonces, si puedo pasar una tanda la paso, pero siempre teniendo en cuenta que mis nietos están viviendo circunstancias diferentes en contextos diferentes. Ellos decidirán después si esta abuela que pasó por sus vidas fue influyente o no. Dejar huellas no es lo importante, lo importante es sentir que en el tiempo que uno transcurre en el mundo -estamos tan poco acá- hubo proyectos.

 

Para nosotras, las mujeres, es muy importante la creación de la vida. El mejor momento de mi vida está ligado al nacimiento de mis hijos y nietos.“