cultura

La gastronomía, un mundo de sensaciones

22 Nov 2016

La gastronomía, un mundo de sensaciones

Cada vez son más las propuestas gastronómicas que ponen a prueba los cinco sentidos. A través de las llamadas “experiencias culinarias” el público se ve inmerso en un mundo diferente al que acostumbra transitar, en el cual se activa la imaginación y se desarrolla la creatividad.

Dicen que la comida entra por los ojos, ¿pero qué pasa si no podemos ver? “La cena de los sentidos”, conocida en otras partes del mundo como “Dark dining”, es una propuesta montevideana en la que el restaurante se encuentra en absoluta oscuridad. Por lo general, tanto el color de lo que comida, como su forma influyen en la expectativa que tenemos del plato, en su sabor y luego en la valoración que se le dará. Pero en este caso, la vista es un sentido que se deja lado para potenciar el resto, reflexionar y vivir nuevas sensaciones.

También se ha vuelto tendencia la combinación de la gastronomía con otro tipo de arte. En Uruguay, específicamente, se han presentado varias propuestas donde se ve una película al mismo tiempo que se degusta un plato inspirado en su guion. Lo mismo pasa en otros países, donde se invita a comer en teatros o platos creados a partir de obras literarias y musicales.

Esto demuestra que los alimentos no solo cumplen una función nutritiva. En este ámbito, las emociones también juegan un papel muy importante. Porque la gastronomía, así como la pintura o la literatura, evoca al recuerdo y vuelve inmortales a sus creadores a través de sus historias.

La memoria emocional siempre está presente y el olfato es su mejor aliado. Podemos estar a kilómetros de nuestro hogar o lejos de un ser querido, pero los aromas pueden revivir momentos entrañables vinculados a la infancia, a un viaje o a un amor. En pocos segundos nos transportan a la casa de la abuela, que preparaba una deliciosa torta de chocolate o a la cocina de mamá, que hace las mejores sopas durante el invierno. Como dice el narrador de la película Perfect sence: “El olfato y la memoria estaban conectados al cerebro. (…) Sin olor, desaparece un océano de imágenes pasadas”.

Por lo tanto, la gastronomía es un mundo de sensaciones, que va más allá de los ingredientes, las apariencias y técnicas. Si pensamos en nuestra comida favorita, tal vez sea la menos sofisticada, porque el contexto, el ambiente y la compañía también hacen al plato.