Ya que los niños pasan tanto tiempo jugando, modificar pequeñas cosas en el hogar para volverlo más funcional puede ser una gran idea. Para evitar rayones, manchas, accidentes y demás, compartimos con ustedes algunas recomendaciones prácticas y útiles para tener en cuenta.

 

Mientras los chicos juegan, suelen mover y arrastrar los muebles livianos o mismo sus cajones de juguetes. A veces inclusive nosotras movemos las cosas de lugar para abrirles un mayor espacio lúdico. Para evitar rayones en el piso, tanto debajo de sillas, mesas o cajas, será conveniente colocar algún género como felpa o fieltro. Hoy en día se consiguen en ferreterías planchas de estos géneros con autoadhesivo.

 

Para preservar mejor los sillones de la casa, es recomendable incorporar fundas que puedan quitarse para lavar, ya sea a mano o en lavadora. Para los almohadones, convendrá apostar al color que engañen las manchas y, también, evitar el uso de apliques como perlas, lentejuelas u elementos metálicos que puedan ser peligrosos para los chicos.

 

Si bien quedan preciosas, cuando hay niños en casa es preferible evitar el uso de lámparas de pie, sobre todo si su diseño no es muy estable y cuando su altura supera el metro de altura. Cuando comienzan a caminar, atinan a tomarse de cualquier elemento a su alcance para conseguir estabilidad. ¡Una linda lámpara de pie podría terminar en un accidente!

 

Es preferible que las alfombras, al igual que los sillones, sean lavables y de mantenimiento simple. Además, es importante que cuenten con algún tipo de sistema de adhesión al piso, para que al jugar no produzcan movimientos peligrosos.

 

Por último, ya sea pintura o papel lo que se elija para las paredes, lo ideal es que sea satinado, ya que se puede lavar y no genera mucho mantenimiento.