vida sana
Cocinar como terapia
22 Oct 2020
La cocina es un espacio donde se pueden crear cosas maravillosas, para luego compartir con la familia, los hijos, los nietos, la pareja o amigos. Para preparar una deliciosa receta se necesitan tres cosas básicas: creatividad, ingenio y dedicación. Elaborar platos sencillos para compartir con quienes nos rodean no sólo es un acto de amor, sino que también puede animarnos y ayudarnos a olvidar ciertos problemas del día a día.
Cuando nos sentimos ansiosas, preocupadas, estresadas o tristes, ¿por qué no probar con la cocina como remedio? Si bien para este tipo de afecciones los profesionales suelen recomendar hacer ejercicio y descargar las energías negativas, cocinar también puede ser de ayuda para superar aquellas inquietudes y seguir adelante.
La cocina ha ido tomando fuerza y llegó a convertirse en una vía de escape, e incluso en un hobby, para deshacerse de aquellas tensiones que nos aquejan, a través de la creación de platos sencillos y deliciosos para luego compartir con los demás.
¿Cuáles son realmente los beneficios de la cocina?
Además de ser una vía de escape mental, la cocina también nos puede ayudar a fortalecernos en otros aspectos emocionales.
Control y seguridad personal
Cuando llega la hora de cocinar, nos convertimos en líderes de la situación. Nos enfrentamos a los utensilios y a los ingredientes, sin tener del todo claro qué hacer con ellos. ¡Pero avanzamos sin miedo!, confiando en que conseguiremos algo que luego podremos disfrutar y compartir. Tomamos decisiones, avanzamos, evolucionamos y mejoramos con cada paso y con cada receta nueva que intentamos.
Sensibilidad
Cada vez que probamos hacer una receta que jamás hayamos intentado, nos enfrentamos al desafío de descubrir sabores y sensaciones nuevas que serán el fruto de nuestro trabajo. Cada receta es distinta a la anterior, lo que nos va proporcionando nuevas experiencias y descubrimientos que nos reconfortan y nos llenan de satisfacción.
Conexión con lo natural
Sin dudas, la cocina es un espacio donde nos reencontramos con lo puro, lo natural… Si venimos sobrepasadas con nuestra rutina diaria, cocinar puede ayudarnos a conseguir una cercanía especial con lo sencillo, con el goce del momento y con la tranquilidad.
Gratificación
A diferencia de cualquier otro hobby, la cocina brinda la posibilidad de compartir con quienes nos rodean, no sólo el momento de la preparación o el plato conseguido, sino también nuestra pasión como muestra de afecto y cariño.
Y, sin ser egoístas, la cocina también puede ser gratificante para una misma. Es un tiempo y un espacio que nos tomamos para disfrutar y desplegar nuestra creatividad en soledad. Un momento para desafiarnos y tratar de conseguir los mejores resultados, sin presiones ni competencias. Es una forma de hacernos un mimo y de disfrutar la vida a través de nuestros logros personales.