La palabra “higienismo” o “higiene vital”  se traduce como “el arte de vivir” y es un una filosofía o práctica de vida que existe hace aproximadamente 200 años. Este sistema se basa en el principio de que para conseguir salud, no es necesario combatir la enfermedad, sino poner el foco en los factores que las generan; como el estrés, las infecciones, los malos hábitos, etc.

Al abarcar diferentes conceptos y actividades, tales como: alimentación saludable, actividad física, vínculos sentimentales, estabilidad mental y emocional y relajación, entre otros; la higiene vital no intenta ser un método medicinal. Por lo tanto, se podría entender a esta filosofía como una alternativa a la medicina, ya que su intervención no afecta al funcionamiento normal y cotidiano de nuestro cuerpo, simplemente lo acompaña, ayudándonos a mejorar nuestros hábitos de vida.

El higienismo propone que lo importante es analizar si el medicamento indicado afecta o fortalece la vida, más allá del medicamento en sí (ya sea natural o no).  ¿Es un rechazo a los medicamentos? De cierta forma, sí. Porque el arte de vivir, más precisamente, entiende al organismo como un sistema adaptado perfectamente para la vida, por lo que cada reacción y cada proceso que sucede en nuestro cuerpo debiera tener una justificación o alguna razón de ser.

Por lo tanto, bajo este concepto, los medicamentos estarían interfiriendo en los procesos naturales del organismo. A través de la higiene vital, la mayoría de las enfermedades que se viven cotidianamente y sus síntomas, son vistos como estrategias depurativas de nuestro organismo.

Entonces, podríamos comprender al higienismo como una elección de vida que se centraliza en la confianza sobre el instinto del cuerpo y lleva a dejar de lado sustancias procesadas e industrializadas, aditivos químicos, frituras, alcohol, tabaco, hábitos degenerativos, sedentarismo, etc., para alcanzar un entendimiento y control total de nuestra salud.

Para llevar adelante una dieta higienista y/o un estilo de vida basado en el higienismo, es recomendable informarse previamente. Es muy importante tener en cuenta la edad, el estado físico, las condiciones de salud y condición orgánica de cada persona.