Cuando un emprendimiento surge de un interés personal, se nota en todos los detalles. Este es el caso de Cocina Redonda, un emprendimiento culinario a cargo de Alejandra Sundberg y Josefina Silvarredonda.

Hace algunos años, cuando ambas se hicieron vegetarianas, notaron que no había una gran oferta de comida vegetariana en Montevideo. Así surge este proyecto en el que el amor está en todos los detalles. Utilizan materia prima principalmente orgánica y siempre están en la búsqueda de proveedores locales de excelente calidad.

Además de ser una tienda de alimentos, Cocina Redonda también ofrece caterings para eventos de hasta 100 personas y servicio para cenas íntimas.

Visitamos su cocina en Pocitos y nos mimaron con una deliciosa Granola casera. Compartimos con ustedes una breve entrevista con Josefina.

Contános acerca de Cocina Redonda. ¿Cómo surgió la idea? 

Fue el resultado de cambios que fuimos haciendo en nuestra dieta personal y, a medida que nos fuimos dando cuenta lo bien que nos estábamos sintiendo, quisimos transmitirlo. Nos dedicamos a la cocina hace ya un par de años, pero la idea de crear Cocina Redonda recién surgió el año pasado.

El objetivo de nuestro emprendimiento va más allá de ofrecer un servicio gastronómico. Nos interesa transmitir un estilo de vida saludable e involucrado con el entorno que nos rodea, buscando generar un cambio hacia lo natural y contribuyendo al cuidado del medio ambiente.

¿Cómo era tu vínculo con la cocina antes de empezar Cocina Redonda?

En nuestra familia la comida siempre fue muy importante y en todas las reuniones tiene un lugar protagonista. A todos nos gusta mucho cocinar y compartirlo. Mi madre, Alejandra, siempre cocinó para nosotros y nos inculcó la importancia de la comida casera. Fue por eso que en el 2010 decidí empezar a estudiar en el Colegio de Cocineros Gato Dumas para poder profesionalizar el conocimiento que me había comenzado a transmitir mi madre.

¿Qué es lo que más te gusta de trabajar juntas?

Compartir momentos de calidad que de otra manera sería mas difícil conseguirlos. La confianza que fuimos ganando entre nosotras y los desafíos constantes que nos planteamos una a la otra.

¿Cuáles son los desafíos más grandes de emprender juntas siendo madre e hija? ¿Y las mayores alegrías?

El desafío mas grande es mantener separada nuestra relación personal del trabajo, no dejar que nos invadan los nervios y el estrés afectando nuestro vínculo personal. Las mayores alegrías son los momentos compartidos, los logros y ver como nos superamos día a día.

¿Tenés algún recuerdo de un momento en el que sintieron que se despertó su amor por la cocina?

Mi madre recuerda claramente el momento: fue cuando estaba ayudando a la cocinera de la casa de su abuela parada desde un banco, al ver el entusiasmo y las ganas que le ponía a preparar la comida y la felicidad con la que hacía ese trabajo.

A mí fueron muchos los momentos que me despertaron ese amor, pero lo que más me acuerdo es todas las veces que de chica intentaba ayudar a mi madre a preparar la cena, como siempre estaba contra reloj, me decía que no así podía terminar antes. Creo que ahí fue que decidí que el día que pudiese poner las manos en la masa nadie me iba a sacar de ahí.

¿El amor por la cocina fue algo que se transmitió de generación en generación en su familia?

En realidad no, porque mi madre no aprendió de su madre ni de su abuela, sino de la cocinera.

¿Qué es lo que más les gusta de la cocina?

Los olores, los experimentos y el vínculo que se genera cuando alguien más prueba lo que preparaste. También es lindo que te permite estar activo tanto física como mentalmente. Es muy importante la creatividad a la hora de desarrollar las recetas y pensar las distintas propuestas, y a su vez también es muy demandante físicamente.

¿Un ingrediente que no puede faltar?

La alegría, disfrutar el momento y hacerlo con ganas.  A la hora de cocinar es importante tener en cuenta que no todos tenemos los mismos gustos. Un desafío que nos planteamos nosotras fue conseguir que las personas se animen a probar cosas nuevas y las incorporen a su vida.

¿Un consejo para madres e hijas que quieran emprender juntas?

Mantener una buena comunicación. No perder el foco y mantener las ganas y buena energía todos los días.