confesiones
Mujeres de Montevideo: Martina
21 Apr 2020
“Tengo veintitrés años y soy graduada en comunicación. Trabajé como comunicadora durante cuatro años en el Don Boutique hotel, ubicado en Ciudad Vieja. Una de las acciones estratégicas que realicé fue hacer huevos de pascuas en Semana Santa para los huéspedes. Busqué tutoriales en YouTube y aprendí como hacerlos.
Me encantó cómo me quedaron y decidí compartir fotos de los mismos en mi perfil de Instagram. Al otro día me levanté y tenía pila de mensajes preguntando por el precio de los huevos. Realmente vi una oportunidad y la tomé. Muchos emprendimientos empiezan así. No sabía bien qué era ni a dónde me iba a llevar todo esto, pero había una buena sensación. Y decidí seguirla. Así nació Dulcería Boutique.
Empecé con los pedidos y fue realmente difícil. Yo había estudiado Comunicación no sabía nada de gestión de alimentos, de sacar costo, de ponerle precio a algo.
Si bien crecí en el rubro de la gastronomía ya que mi padre es dueño del restaurant el Palenque, nunca había cocinado en mi vida. Pasar de eso a levantarme todos los días a las seis de la mañana a trabajar el chocolate fue realmente un desafío para mí.
También fue realmente difícil hacerme un lugar en el mercado y crear un posicionamiento. Hay mucha competencia, muchas propuestas buenísimas. Creo que mi propuesta desde un principio fue original y creativa, llamó la atención.
Propongo nuevos productos continuamente porque intento sorprender siempre a mis followers. También trato de ser coherente entre mi página de Instagram y como soy yo. La identidad de la página soy yo.
Soy apasionada de la estética y la perfección. Entrar a un lugar donde predomina la armonía me ayuda a concentrarme. Y considero que logré eso en mi Instagram. Quiero que mis followers entren y ya entiendan lo que es el producto, por los colores que utilizo, la calidad de las fotos, y mis expresiones en cada publicación. Empecé a subir más videos para “humanizar” la marca, y comenzar a interactuar.
Al ser comunicadora estoy viviendo un gran sueño al manejar mi propia red social. Es lo que más me emociona de mi emprendimiento. Quizás parece fácil, pero es realmente difícil gestionar una red social a la perfección. Más allá de tener un buen material fotográfico, es esencial tener una planificación estratégica y un plan B para todo. Es muy difícil conseguir followers y muy fácil perderlos.
Antes de que surgiera Dulcería Boutique, estaban mis ganas de irme a Australia, pero faltaba un año todavía. La dulcería empezó a tomar forma y como soy una persona que doy todo o no doy nada, entonces me metí al cien por ciento, sin importar que en algún momento me fuera del país, yo estaba en ese momento en Uruguay con mi pequeño emprendimiento que mes a mes me sorprendía cada vez más. Decidí meterle, proponer objetivos y establecer metas.
Aprendí un montón, por ejemplo, cuando sos emprendedora es muy importante tener claro tus puntos fuertes, pero sobre todo tus débiles. Es la única forma de esforzarte constantemente y dar lo mejor de ti. Acostumbrarse a tener siempre desafíos, uno tras otro. En este momento estoy pasando por el desafío de manejar La Dulcería desde
Australia, Sydney, con catorce horas de diferencia. Es realmente complicado pero no imposible. Antes de venirme comencé a trabajar como si estuviese en Sydney, dejando a Margarita (mi mano derecha) al mando. Durante 4 meses le pase todo mi Know How, y así poder hacerlo a distancia.
Apareció otro desafío que no tenía en mente: Corona Virus. Un desafío para todos, y es por eso que siempre digo que es bueno tener un Plan B: el delivery, para que nadie tenga que salir de su casa.
Último aprendizaje: no tenerle miedo al fracaso. Si desmotiva y mucho, pero soy más fiel a mis objetivos, tengo claro a donde quiero llegar.
Y no importa cómo, en la marcha vas viendo, los planes pueden ir cambiando, lo importante es ir lográndolo. Hay una frase que la leí hace mucho tiempo pero la tengo siempre presente: “If you can dream it, you can do it”. La cuenta de Instagram es @dulceria.boutique”.