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Cómo cultivar rosas en macetas
19 Aug 2020
Cada vez que pasamos por una florería nos quedamos atónitas ante las rosas que están expuestas y el perfume que nos regalan. Rojas, rosadas, amarillas, blancas… Qué lindo sería poder tenerlas siempre en casa, ¿no?
A continuación compartiremos con ustedes un paso a paso para cultivar rosas en macetas. Así podremos tener a “las reinas del jardín” en nuestro balcón, nuestra terraza, nuestro patio e incluso dentro de nuestro hogar.
A la hora de elegir cultivar estos rosales, es importante tener en cuenta que se debe evitar su exposición a la luz directa y debemos mantenerlos siempre húmedos, pero nunca ahogados.
La maceta y su preparación
La mejor variedad de rosas para cultivar en maceta, tanto en el interior como en el exterior, es el rosal enano o mini. Este tipo de rosales tiene tallos gruesos con abundantes hojas. Para una buena germinación, es importante llenar la maceta con mucha tierra.
El recipiente más adecuando para plantar los rosales son las macetas profundas de barro o de plástico (preferible que sean de un material liviano porque tendremos que moverla con frecuencia), con agujeros en el fondo para proporcionar un buen drenaje. Debajo de ella colocaremos un plato, para evitar el exceso de agua y evitar que las raíces se pudran.
En la parte más profunda de la maceta colocaremos piedras o arena para favorecer al buen drenaje del agua del riego. En el nivel intermedio (hasta dos tercios de la maceta) rellenaremos con tierra especial para rosales. Y, por último, añadimos un poco de abono para estimular el crecimiento de nuestras rosas en las mejores condiciones.
El momento de la plantación
Para plantar nuestros rosales enanos debemos hacer un hueco removiendo la tierra. Allí ubicaremos el capullo y luego se debe esparcir un poco más de tierra generando algo de presión para compactarla. A continuación, regaremos con abundante agua para que no quede aire entre medio de la tierra de nuestra maceta.
Para un mejor desarrollo de los rosales, es recomendable ubicar una vara para guiar su crecimiento erguido. Luego, una vez que la planta comienza a crecer, podemos ir utilizando hilos o lazos suaves para sujetarla al palo que utilizamos como guía.
El cuidado de los rosales
Para realizar el proceso de riegue, lo mejor es acercar nuestro rosal al sol. Se recomienda regar a primera hora de la mañana, y en estaciones más calurosas como primavera o verano es preferible repetir el riego a la noche.
Para comprobar la humedad de la maceta, debemos introducir un dedo hasta dos centímetros y medio en la tierra. Si está seca, debemos regar de manera más abundante.
A lo largo de la primavera se aconseja que incorporemos al riego del rosal un producto fertilizante rico en magnesio, que le permitirá a nuestra planta crecer y abrir sus capullos con más fuerza.
Es importante que vayamos quitándole las hojas, flores y tallos marchitos. De esta manera, garantizamos un crecimiento sano. Podarlos es una tarea que estimula su floración. Se recomienda que en zonas con climas más fríos, la poda se realice a principios de la primavera; a diferencia de zonas más templadas, donde lo conveniente es realizar la poda cuando finaliza el invierno.
Luego de los dos años de cultivar un rosal enano en una maceta, es preferible transplantarla para fomentar y motivar su crecimiento y expansión.
Una vez que aprendemos cómo cuidarlos correctamente, los rosales enanos en macetas pueden llegar a vivir por 20 años.