“El yoga entró en mi vida indirectamente. Para corregir mi postura y ya no tener dolor en la columna comencé a practicar pilates. En ese mismo centro daban Kundalini Yoga, que no tenía idea de lo que era, pero quise probarlo y me impactó positivamente.

 

Me pareció que podía servía para romper estructuras en mi vida y por una cuestión de intuición, continué. Fui creando vínculos con la gente que también practicaba y generando un camino que ya lleva varios años. En ese tiempo estudié los tipos de yoga y hoy en día doy clases en diferentes centros de yoga, empresas e instituciones.

 

Me gusta ayudar a la gente a equilibrarse energéticamente. Creo que Kundalini Yoga es el más indicado para equilibrar la energía. Trabajamos a nivel físico, fortaleciendo el abdomen, aumentando la flexibilidad de la columna, mejorando el sistema digestivo y el sistema nervioso, glandular e inmunológico. Mediante los pranayamas, con la respiración, nos conectamos con la intuición y la percepción. Gran parte de la práctica se realiza con los ojos cerrados, se lleva la mirada al entrecejo y eso te conecta con tu percepción y ayuda a enfocar la mente. El yoga revitaliza el cuerpo y la mente, para lograr mayor bienestar.

 

Recuerdo la primera clase que dirigí en Valletierra, el centro de yoga en Argentina donde me formé, me dio mucho placer poder transmitir lo que aprendí. Fue muy natural para mí hacerlo desde mi esencia para servir a los demás.

 

Soy amante de la naturaleza y por eso para este año estoy armando clases de yoga filmadas en la Patagonia argentina. Es un programa online de yoga en la naturaleza, como nuestro cuerpo humano es parte de ella, generé esa unión.

 

Este verano estoy en Uruguay dando clases en diferentes hoteles, además de las clases a particulares. Me encanta este país, tiene un ritmo de vida muy tranquilo y siento la paz en la gente.

 

Quiero seguir aprendiendo, seguir creciendo y que mis clases puedan llegar cada vez más a las diferentes partes del mundo. Mi cuenta de Instagram es @azu.aoi”.