La historia de amor de Scarlett, una intrépida joven estadounidense, se desarrolla durante el período de la Guerra de secesión, entre las plantaciones de algodón de Tara, su hogar ubicado en Georgia. 

Ella vive con sus padres y sus hermanas y fija su atención en Ashley, un joven del que está enamorada en secreto ya que es el prometido de su prima. Pero a ella ya no le importa eso y le declara su amor, aunque él la rechaza una y otra vez. 

En la película vemos a una mujer atrevida, directa y sin rodeos, que busca lo que quiere sin importarle nada. Scarlett es optimista y perseverante y busca el amor de Ashley de manera desesperada, aunque las circunstancias la hacen esperar. 

“Tara… es mi hogar. Iré a mi casa, idearé algo para hacerle volver. Después de todo, mañana será otro día”

La situación complicada de guerra separa a Scarlett de su objetivo y la distancian de la oportunidad de vivir y desarrollar el amor por Ashley.

“Estoy cansada de ser poco natural y no hacer lo que quiero”

Un poco por la época el camino de Scarlett se desvía y termina comprometiéndose con otras personas, a pesar de su intensa pasión por el único hombre que llama verdaderamente su atención.

“…de decir qué maravilloso que eres a hombres que no tienen ni la mitad de inteligencia que yo tengo” 

Scarlett nos enseña que no hay obstáculos cuando una mujer busca algo. Que la única batalla que se pierde es la que no se lucha, la que no insiste y la que se da por vencida. Cuando una mujer tiene una ansiedad que nace desde su más puro interior, debe buscar esa respuesta, y solo se calma cuando la encuentra, pero puede suceder que la vida no nos brinde los resultados esperados o descubrir cuando algo es un capricho, de todas maneras puede que nuestros anhelos se vayan con el viento. Si es así, hay que quedarse tranquilas, entender que no todo está bajo nuestro control y estar felices por haber utilizado todos los recursos que se tenían a mano. 

Lo que el viento se llevó, 1939.