“Yo estaba viajando sola de mochilera cuando descubrí el mundo del yoga. Fue una aventura real, en ese viaje profundicé sobre las filosofías de esta disciplina milenaria. En Montevideo ya lo practicaba pero como forma de relajación. Luego me fui a la India, donde conocí a mi maestro que fue el que me introdujo a nuevos estilos de la práctica.

 

Fue en Delhi y puedo decir que el mejor regalo de la vida es haber tenido allí a mi mejor amigo quien me recibió muy bien y me sentí protegida. Hice un curso allá sin saber mucho qué hacía y llevada un poco por la intuición. Es demasiada información para el cuerpo y la mente pero vale la pena.

 

De vuelta en Montevideo comencé a dar clases y me cambió la vida. Quiero compartir lo que adquirí. Recomiendo siempre probar y que lo utilicen como herramienta, a nivel mental, para conocerse. No somos conscientes de que los pensamientos que tenemos todo el tiempo influyen en nuestro cuerpo. Esta bueno poder practicarlo una vez por semana, como forma de empezar. Es un camino ancestral y grandioso que quiero seguir transitando cada vez con mayor compromiso”.