“Gracie es una agente del FBI que se caracteriza por descuidar su aspecto. A ella no le interesa verse arreglada. Lleva una vida solitaria, no es demasiado sociable pero dentro de su trabajo es respetada y querida por todos. Su rutina se ve detenida ante la aparición de un caso de investigación que ronda el negocio de los certámenes de belleza.

Este film muestra el dilema en cuanto a los estereotipos y la imagen. Gracie siente que verse bella es algo tonto, al comienzo se la ve como una mujer algo abandonada. Cuando llega al certamen se siente incómoda ante las cámaras y el hecho de aparecer en televisión. Poco a poco va aprendiendo a manejar esa herramienta con un estilo propio.

Para muchas mujeres, y como en el caso de Gracie, la imagen es un camino para alcanzar un fin. Actualmente el acceso a internet, a las redes sociales, a una cámara, es para todos, y exponer nuestras imágenes ante públicos casi infinitos es cada vez más corriente. Pueden ser armas de doble filo y hay que saber gestionarlas para que el camino no se vuelva en nuestra contra.

Qué importante es que cada mujer respete su propio estilo e imagen y que tenga claro que verse bien es algo bueno en sí mismo, más allá de las cámaras. La clave está en marcar una diferencia y no dejarse llevar por prototipos. El mundo de hoy puede ser cruel y muy exigente para muchas mujeres. Gracie llega a un equilibrio, ya que logra ser más prolija y femenina pero nunca dejando atrás su esencia. Alcanza un premio, el de la simpatía, que la representa verdaderamente, porque logra ganar el afecto de todos dentro del certamen, derribar muchas barreras y demostrar su belleza única en todo sentido, además de resolver el caso de investigación.”