Los crímenes infantiles de Wineville, sucedidos en 1920 en L.A, California, son el marco que utiliza esta ficción para presentar la trágica historia de Christine, una madre soltera que una tarde, al retornar de su jornada laboral, se da cuenta de que su hijo desapareció.

A partir de este quiebre, Christine debe emprender una búsqueda que la lleva hacia un abanico de horrores que desconoce. Recorre un camino vertiginoso, pero no se da por vencida. Lucha contra la palabra de la policía y de la medicina para llegar a la verdad.

El film deja en evidencia que las sociedades a veces viven rodeadas de mentiras. De parte de la prensa, de la medicina, de la policía y de la política. Mentiras que valen para tapar verdades, revuelos en los que muchas veces queda devaluado el rol de la mujer como madre y como ciudadana. Christine llega hasta las últimas consecuencias para demostrar que ella es una mujer capaz de todo. Comienza queriendo recuperar a su hijo, y en el proceso termina luchando por su dignidad y su libertad.

Sufre la pérdida de el ser más querido, mientras a su alrededor la lucha de egos persiste y en lugar de simplificar, complican el camino de esta madre desesperada. Lo que aprendemos del personaje de Christine es que muchas veces no se puede confiar en nadie más que en la propia fuerza e instinto interior para salir adelante.