Rose es una mujer joven ahogada por las condiciones de su clase social y que un día toma un barco para cruzar el océano, y aunque ella no lo vea es una oportunidad para tomar el timón de su propia vida. Así es como empieza a relacionarse con Jack, un alma bohemia, libre y de clase humilde, que va por la vida sin cuestionarse demasiado.

Esta película se ubica en una época pasada, en la que la mujer debía estar ligada a un hombre para sobrevivir, y hacerlo por su cuenta no estaba bien visto. Rose tiene su pareja y su vida planeada pero se siente ahogada y le falta algo, que hace que quiera tirarse por la borda del Titanic. Es Jack el que la ayuda a ver la vida de manera distinta, y que le abre un camino de posibilidad, no sólo la salva de ahogarse y congelarse, sino en un sentido figurado, la motiva a no quedar congelada en ese estilo de vida y aspirar a más.

Uno de los mensajes que de esta obra se descubren es que sí es posible desprenderse de una pareja que vuelve infeliz a una mujer, esos vínculos que descomponen la propia existencia, como en el caso de Rose.

Ella toma el camino que pareciera ser el arriesgado, cuando tenía todo para vivir cómodamente y ser salvada, pero decide salvarse ella misma, es un ejemplo extremo pero puede servirnos a la hora de tener que dejar la zona de confort para aprender a nadar en la incertidumbre buscando un mejor porvenir.