confesiones
¿Estás preparada para tener una mascota?, por Belu Mare
06 Oct 2020
En mi último post en el blog (si no lo viste, ¡leelo acá!) hablé sobre Chester y ese momento tan esperado en toda mi vida. También les conté la historia de cómo llegó a casa y de las cosas que me pasaron a mí. Siguiendo un poco con todo eso, hoy vamos a profundizar en ese momento en el que estás preparada para tener un perro. A mí me llego ese momento y nada en el mundo se puso adelante para que no pasara. Antes no iba a tenerlo, no podía. Pero el día que lo hice, no hubo vuelta atrás, nada que me detuviera. Todo llega en su momento. Si apuraba la situación, si cambiaba algo del destino, hoy seguro no estaba acá escribiendo estas mismas palabras. Otra historia.
Bueno, llegó Chester.
Cuando llega el momento de tener tu mascota, es la mejor decisión. Pero sí o sí tenés que estar seguro que tu vida se puede adaptar a esta nueva llegada o literalmente cambiar. Todo mi tiempo libre empezó a ser tiempo de Chester. Creo que hoy en día no cambio para nada esa situación. Yo me voy para afuera, él se viene conmigo, yo estoy ahora escribiendo esto, él está al lado de la computadora acostado. El tiempo pasó a ser uno. Tampoco imagine que iba a entrar a buscar tantas cosas a google. ¿Vieron cuando te duele la cabeza y pones: ‘Google, me duele la cabeza’ y el señor google te responde ‘ te estas por morir’? Bueno lo mismo pasa cuando buscas: ‘google, a mi perro le pasa X cosa’ ‘Google, la caca esta de X color’ . Cada cosa rara que veía en Chester o las lombrices gigantes que le salían, lo buscaba al segundo en Google. Soy casi veterinaria a esta altura.
Hoy en día soy su mamá perro y él es mi hijo perro. Sé que no a todos les pasa eso, pero a mí me paso y se nota. Chester es un perro humano. Nuestro vínculo no lo rompe nada ni nadie nunca más.
Te lleva trabajo. No es nada fácil tener una mascota. Depende también como la quieras tener. Pero sabiendo ustedes ya como pienso y como forma parte Chester de mi vida, les cuento. Yo sentía que estaba preparada para todo, pero para algunas cosas obviamente no estaba preparada. Me adapte rápido. Me tuve que adaptar rápido. Estaba frente a un ser vivo que come, respira, toma agua, necesita ir al baño. No es un chiste. Hay que llevarlo a la veterinaria. Cuando tiene que tomar remedios hay que dárselos.
Hay horarios para salir. Chester no hace sus necesidades adentro, cada tantas horas lo saco a pasear. Tiene sus amigos perros los cual trato que se vean todos los días. Jugar lo hace muy feliz. Le hablo. Muy pocas veces está solo. Salimos a caminar. Le preparo comida. Hay que vacunarlos, desparasitárlos, cuidarlos de las pulgas. Cuidar que no crucen la calle, que no los muerdan. Tener un perro no es una joda, lleva sus cosas, pero que vale la pena lo vale. Cambia la vida.
Mis papas no eran muy perreros hasta que llego Chester a casa. Ahora solo hablan de eso. Lo cuidan. Me ayudan a cuidarlo. Son sus abuelos. Mi hermano también. Mi novia lo adoptó como de ella y ahora es su mamá, es su perro. Estas cosas son las que tienen que pasar. Con quienes vivís o compartís tu vida tienen que saber en lo que te estas metiendo y ayudarte con eso. Los perros andan en manada, él va a querer a todos con quien vos estés.
Otra cosa importante es que estés preparado para gastar plata. No te estas manteniendo sólo a vos ahora, son dos (o más). Tenés gastos en veterinaria, en los cuidados básicos como comida, vacunas, pastillas. Después invertís miles en juguetes, ropa para la lluvia, ropa para que no tenga frío. A todo esto le sumas la compra de collares, bandanas, una correa larga para que corra, otra corta para todos los días. Y así no paras.
Chester estuvo enfermo con unas cositas en la boca y fue un tratamiento de un mes bastante costoso. Empezás a caminar por lugares que jamás hubieses ido. A mí me paso eso, ahora conozco a todo el barrio, a todos los porteros, hablo con los vecinos, conozco los perros de la cuadra. Nunca me tomaba un tiempo para observar mi barrio, ahora camino por las cuadras, miro las casas, me siento en el parque, me siento en el pasto. Todo eso gracias a Chester y sus paseos. Es la razón por la que camino, me muevo, me hace salir a tomar aire. Obvio que hay días que me encantaría que saliera solo y vuelva en un rato pero no cambio nada.
Te urge la necesidad de apretar, besar, acariciarlo todo el tiempo. Pero eso viene con recompensa después, ellos te hacen lo mismo a vos. Tampoco tenés que enojarte si te rompe algo, te tira las cosas, se le escapa pis o caca adentro. Es así. Tenés que estar preparado para que tú casa perfecta se ensucie un poco. Chester tiene la costumbre de robar medias. A él le gusta. Las medias se lavan. Punto.
Por último, comenzás a amar a los perros. Capaz que antes no era tan demostrativa con todos los animales que me cruzaba. Ahora saludo, agarro, juego y le hablo a todo perro que me cruzo. Ahora siento otra cosa por los animales, por ellos. Ahora entiendo cosas que antes no. En fin, esto es simplemente cosas básicas que uno siente cuando está por venir y viene tu mascota a tu vida. En este caso el perro. Como dije en el post pasado. Si estás listo, hacélo. Pero no te olvides de la responsabilidad y el cambio de vida que esto traer. Pero, los cambios son BUENOS.