“Soy de Santiago del Estero. Me vine a vivir a Montevideo porque necesitaba un cambio en mi vida. Sentía que no podía seguir creciendo en mi ciudad y comencé a buscar nuevas opciones. Montevideo no fue la primera opción, pero cuando se presentó, fue la que más me cerraba: no era tan lejos, no era una costumbre desconocida (porque somos muy parecidos), no necesitaba tanto dinero y, la más importante, tenía amigos aquí. Vine, conocí la ciudad, me enamoré y luego la decisión fue fácil.

Lo que más me gusta de Uruguay es la sencillez de la gente. La estabilidad económica y el respeto por los trabajadores, hay una cultura del trabajo muy interesante. Además, siempre tuve la suerte de vivir cerca de la rambla, eso es algo que no tiene comparación. Ir a la playa desde Santiago implicaba 16 horas de viaje, ahora vivo a 4 cuadras!

Extraño muchas cosas, igual. Las cenas con mi mamá y mis hermanas, por ejemplo. Después las juntadas con amigos, especialmente con Agustina y Evangelina que siempre me aguantaron todas las ideas locas. ¡Ni hablar de la comida de mamá! Los lomitos, las empanadas, las tortillas, el locro. También extraño las fechas patrias, usar la escarapela tiene otro significado estando en un país diferente. Pero ahora siento que Montevideo es mi hogar, no volvería a Santiago. Me gusta trabajar aquí y sería muy feliz de poder envejecer aquí, cerca del mar, comiendo chivitos y pescado.”