cultura
¿Y si abrazamos la incertidumbre?
21 Aug 2021
Tarde o temprano, todos nos enfrentamos a momentos en los que pareciera que el mundo tal como lo conocíamos se desmoronó. A veces, ese sentimiento viene de la mano de momentos de quiebre como pueden ser la muerte de un ser querido, una separación o hasta una enfermedad.
Sea cual sea el motivo, nuestro primer impulso ante la incertidumbre que trae el derrumbe de nuestra zona de confort es tratar de ejercer control sobre la situación u escapar. Cuando se caen viejas estructuras, solemos llenarnos de miedo. ¡Y es lo más natural del mundo! Sentir miedo es parte de lo que nos hace humanos. Pero, ¿qué pasa si abrazamos ese miedo a la incertidumbre? ¿Qué sucede si en vez de poner tanta resistencia nos entregamos a la experiencia de no saber que deparará el futuro?
Pema Chödrön, una reconocida maestra y escritora budista, dice que “cuando todo se derrumba y estamos al borde de no se sabe qué, la prueba para cada uno de nosotros es permanecer en ese punto y no concretar.” Si nos comprometemos a quedarnos donde estamos, eventualmente empezaremos a ver las cosas con una mayor claridad.
Cuando todo alrededor nuestro se cae y no encontramos de dónde agarrarnos, es natural sentir un gran dolor. Quedamos desnudos ante la vida y la sensación puede ser un tanto cruda. Pero lo que plantea Pema Chödrön es que, si en ese momento de dolor ante no saber qué nos deparará la vida conectamos con nuestra vulnerabilidad, esa vulnerabilidad se convertirá en un vehículo para conectar profundamente con nuestros corazones. En este contexto, los desafíos se convierten en una prueba que, dependiendo de cómo la afrontemos, pueden convertirse en un despertar espiritual.