A veces, ponemos tanto foco buscar un ideal de belleza que nos olvidamos de cultivar la única belleza que permanece con nosotras para siempre: aquella que habita en nuestro interior. En el fondo, todas somos conscientes de que la belleza física, por más energía que le dediquemos, es efímera.

Día a día, las marcas de moda y cosmética nos ponen cara a cara con estereotipos de belleza que son, para muchas de nosotras, inalcanzables. Pero, ¿qué pasa si emprendemos un viaje hacia nuestro interior para encontrar nuestro propio ideal de belleza?

Descartar estereotipos de belleza no significa dejarnos estar, ni rendirnos, ni conformarnos con algo que no nos satisface, simplemente nos da la oportunidad de preguntarnos qué es la belleza para nosotras. Y lo más lindo de emprender ese camino es que seguramente descubramos que hay tantos conceptos de belleza como mujeres.

La belleza verdadera no se puede comprar ni falsear. Es esa belleza que jamás pasa de moda y que se encuentra en el centro de nuestro ser, ¡es simplemente aquello que hace que seamos quienes somos! La irradiamos desde nuestro interior, aunque estemos más flacas o más gordas, cansadas o enérgicas…

Cuando conectamos con esta belleza, comprendemos que no es algo que cultivamos para agradar ni atraer a nadie. Es belleza en acción y amor en movimiento. Y cuando comprendamos esto, simplemente estaremos demasiado focalizadas en SER como para preocuparnos por si se nos corrió el maquillaje o nos salió una arruga nueva. ¡Qué alivio! ¿No?